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Por fin mi carné "L" pero ¿a que precio?

Muchas son las batallas que uno libra en vida, y la satisfacción de salir airoso es equiparable a la de que te toque la lotería, ya que pocas veces pasa que uno logre la victoria por la vía fácil.




El jueves pasado (día 12 de marzo de 2013) lo recordaré siempre. Después de un pésimo examen de conducir me llego la grata noticia de que había aprobado y no solo sacandóme el carné sino también a nivel personal, ya que este aprobado casi injusto me lo dieron no por ser mejor conductora que otras veces, sino porque había renovado papeles (que es dinero para pagar a los examinadores) y el examinador se jubilaba (nos aprobó a todas).

Esto me hizo reflexionar otra vez. Como se valorán los exámenes de conducir? Lo hice mejor en las dos ocasiones anteriores, y es triste pensar que aprobé en el peor examen porque el examinador se jubilaba. Mi indignación fue en aumento y mi profesora, que en el segundo examen me insistió en que lo hice mejor que la primera vez, calló. No se atrevió a decir nada ya que sabía que no merecía aprobar y que me puse más nerviosa que nunca. Las teorías conspiranoicas como las llamamos nosotros (yo y mis amigos) apuntaban a varias hipotesis:


  1. Si demuestras que sabes demasiado te suspenden. No les gusta que demuestres seguridad (Me paso en los dos primeros examenes)
  2. Si estas nervioso y haces 4 tonterías como yo que en el último examen me quedé bloqueda después de un semáforo y me lo pase en rojo te aprueban. Sé que no tiene lógica pero yo creo que este mundo la perdió hace tiempo.
  3. Si te toca un jefazo ya puedes darte con un canto en los dientes, estan más pendientes de mirar los papeles y seguir las normas al dedillo que de ver si te manejas bien al volante.
  4. Lo mejor: Que te toque un jubilado.
  5. No le digas a tu profesora de autoescuela que ha reclamado, a mí me suspendieron la segunda vez porque el tio se enteró de mi reclamación, incluso tuvo la indecencia de vacilarme. Solo espero que a esta clase de examinadores les atropelle un desgraciado al cual aprobaron sin justificación alguna.
Mucha suerte a todos los que sabaís a examen, y recordad siempre teneís la opción de reclamad. Tal vez no consigais mucho pero hareis trabajar al examinador (tiene que hacer un informe, me llego la carta hace poco).

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